Vistas de página en total

jueves, 2 de noviembre de 2017

Enfrente de un kamikace

En la madrugada del 31 de octubre Miguel circulaba a las dos de la mañana en su Volvo por el puente de Rande. Iba a pinchar a casa de un amigo para una fiesta de Haloween. De repente sintió un impacto brutal y le saltaron los dos airbags. Se le llenó el coche de su polvillo negro. Estaba intentando adelantar a un audi portugués. Quedó en shock. Había impactado contra un Honda Civic q venía de frente y al que no vio. Estaba viendo el retrovisor y es casi seguro que el Civic venía sin luces. Hasta ahí todo es confusión. Bajan los trabajadores del puente y Miguel no entiende qué pasó. No había desvíos ni cambios de sentido como otras veces.
El conductor del Civic se metió en contrasentido, Dios sabe por qué.
Su Volvo salvó a Miguel, esa es la sensación de la Guarda Civil, de él y de cualquier observador. Su habitáculo a penas sufrió daños.
Los bomberos los excarcelan a él y a su kamikace.
Con el susto en el cuerpo Miguel mira para la silla infantil de su hijo hoy vacía y recuerda que se sintió morir.
Los golpes y el shock siguen aún en su cuerpo y su cerebro y tiene mucho miedo por todo lo que le pudo haber pasado. No quiere acercarse a un coche.
Sólo piensa en denunciar. Calcula que iría a 60 u 80 pero el otro tuvo que ir a más.Tal y como quedó el coche hecho papilla, sólo tiene esa explicación.
No sabemos por qué el kamikace grave en el Cunqueiro de Vigo se metió mal. Hay quien dice que pudo ser un error.Tampoco se sabe aún si iba bajo los efectos de las drogas o del alcohol.
El caso es que con otro coche quizás hoy estuviésemos hablando de un entierro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario